"Capital del Viento" |
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Rápidos e inquietos son los movimientos de esta avecilla que, al caminar, lo hace con pequeños saltitos.Habita en todo nuestro extenso territorio y no es de costumbres migratorias, pero es siempre la visita inesperada.
Es una de las aves que mas tarde se retira al dormidero, por esa razón es que en la plenitud del crepúsculo se oye cantar al chingolo como anunciando la terminación del día.
Su plumaje presenta colores variados, el copete es grisáceo, el lomo marrón, al igual que el fino collar donde se destaca la corbatita blanca, y el pecho es de un color blancuzco.
El chingolo es sumamente prolijo para hacer su nido al pie de los cardos, y en nuestra zona, en lo tupido de las matas. Lo construye por afuera, con pajas hilos y otro material similar, y en su interior con una terminación perfecta, como tapizado con cerdas.
Para su reproducción pone cuatro huevos pequeños, blancos, con pintitas, aunque en su nido puede encontrarse mas, pero que no son de su especie.
Esta curiosa situación se debe a la predilección especial que siente el Tordo por poner sus huevos en el prolijo nido del chingolo, puesto que él no hace ninguno.
Esta avecilla cría con mucho celo a sus hijos y a los ajenos, aunque se da el caso que, como hermanastros, son mucho mas grandes, a veces desalojan a los mas chicos que son los dueños de la casa o hacen sufrir a éstos porque son mas ligeros en recoger el alimento que les llevan los padres continuamente.
La alimentación del chingolo es variada, desde granos hasta insectos. En la época de crianza de los pichones, se los ve portando en el pico langostas, mariposas, lombrices, etc.
En cautiverio se adapta perfectamente a las nuevas condiciones de vida y son excelentes madres postizas.
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