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"Capital del Viento"

Aves de la Patagonia

Carpintero Cabeza Roja Patagónico (Ipocrantor magellanicus)
 


Este ejemplar de carpintero de cabeza roja, con el cuerpo negro y dos plumas blancas en ambas alas habita en toda nuestra zona boscosa hasta Tierra del Fuego.

Es un auxiliar del hombre en la conservación de los bosques, pues este animalito vive casi exclusivamente de los gusanos, larvas y varios insectos que atacan comúnmente a los árboles.

Para lograr su alimento se posa en un tronco en una posición vertical, dado que su fuerte cola sirve de apoyo en estas tareas, y con su potente pico descascara las cortezas para encontrar los insectos.

También introduce inteligentemente su pico en los huecos naturales de los troncos en su afán indagatorio y de búsqueda.

Es bastante sociable, se reúne en grupo de seis u ocho ejemplares que recorren los troncos y a veces corretean por los valles, ensayando una suerte de acrobacia.

Cuando llega la época de postura, el Carpintero Patagónico busca a su compañera que como en muchas otras variedades de pájaro no es vistosa, por carecer de colores vivos, salvo en una zona alrededor del pico que también es roja.

En esa temporada se los ve en parejas y juntos por turno, con sus fuertes picos tan bien dotados por la naturaleza, hacen un agujero en los árboles mas corpulentos a una altura que oscila entre dos metros y medio a cinco.

La postura se realiza a fines de Septiembre o en la primera quincena de Octubre en un nido bastante prolijo y por cierto abrigado y seguro, puesto que lo tapizan con plumas de otras aves, cerda o algún velloncito de lana.

Por regla general ponen cuatro huevos de color blanco nieve, pero también se da el caso que madres proliferas pongan hasta seis huevos.

Son excelentes padres, muy celosos de cuidar a sus pichones y en defender su nido hasta contra los temidos halcones, a los que hacen huir con sus estridentes gritos y, llegado el caso, con los efectos contundentes de su fuerte pico.

Es un ave que no emigra, puesto que su constitución es muy resistente al frío, poblando constantemente nuestros bosques sureños, por ello se lo puede llamar Carpintero Patagónico.

Tolera muy bien la vida en cautiverio siempre que disponga de un lugar amplio y de ciertos elementos que encuentra en su vida en libertad. En jaulas pequeñas donde vea coartada su necesidad de movimiento, sus vuelos y carreteos y donde no pueda ejercitar su carpintería, irremediablemente morirá de tristeza.

En el encierro su alimentación varía. Se adapta a la carne picada, los caracoles y los insectos, o pequeñas larvas que encuentran al escarbar.

 



 
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