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Salud

El remedio del agua: simple, barato y efectivo
 


Simple, insípida, incolora y pura.

Simple, insípida, incolora y pura. Apenas compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Esta sustancia, que ocupa el 75 por ciento del cuerpo humano, tiene grandes facultades terapéuticas que la convierten en el medicamento más simple, económico y efectivo.

Desde la antigüedad se sabe que el agua no sólo sirve para tratar síntomas específicos, sino que es el origen de la vida.

Caminar sobre el agua fría del mar, ríos o arroyos activa la circulación, beber agua de mar, lejos de la costa para evitar contaminación, puede aliviar muchas enfermedades ya que su alto contenido en magnesio fortalece las defensas del organismo... Y la lista sigue.

El agua de buena calidad, es la forma más barata de medicina preventiva que se conoce. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud cada día mueren más de 300.000 personas en todo el mundo a causa de enfermedades hídricas.

Todo es más grave en el subdesarrollo, donde el 80 por ciento de las enfermedades que asolan a la población se deben a la carencia o a la contaminación del agua.

Por eso, cada vez son más los expertos que aseguran que bastaría con beber una cantidad suficiente de agua al día para evitar la aparición de muchas enfermedades, incluidas las degenerativas. Pero no debe confundirse agua con líquido.

El cuerpo humano necesita un mínimo de 2 litros de agua al día y el alcohol, el té, el café o las gaseosas son líquidos... pero no agua.

Sobre la creencia de que el té, el café, el alcohol o las bebidas refrescantes son sustitutivos válidos del agua, el doctor de origen iraní Feydoon Batmanghelidj, remarca que “constituye un error elemental”.

Y aclara: “Es verdad que tales bebidas contienen agua pero también lo es que suelen llevar agentes deshidratantes que no sólo la eliminan una vez ingerida sino que además acaban con el agua de las reservas del cuerpo por su fuerte acción diurética”.

En su libro “Su cuerpo reclama agua llorando a gritos”, destaca que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" en muchas ocasiones no es otra cosa que un "cuerpo sediento".

Es fundamental que el agua llegue siempre en cantidad suficiente y en el momento necesario a todo el organismo, especialmente a los órganos vitales (cerebro, corazón, pulmones, hígado, páncreas y riñones).

Cuando el cuerpo tiene sed, avisa. Un de los síntomas, por ejemplo, es el de la “boca seca”; aunque no siempre es útil porque se ha comprobado que el cuerpo puede sufrir deshidratación aun cuando la boca esté húmeda.

Otro, es la típica sensación de sed; sin embargo, muchas veces no se reconoce o no se le presta atención. O quizás, se consume una bebida cuando el cuerpo pide simplemente agua.

Como entender los mensajes del cuerpo no siempre es tarea sencilla, se vuelve importante tomar conciencia de la cantidad que se ingiere.

Pero no solo el agua “común” es beneficiosa, también se puede activar, energetizar, oxigenar, ozonizar, cromatizar, polarizar o magnetizar, y así mejorar aún más sus ventajas terapéuticas.

Por ejemplo, si se somete el agua a la acción de un campo magnético de imanes, cambia sus propiedades físicas obteniéndose agua imantada, ionizada, polarizada o magnética.

Esta última es la de mayor capacidad curativa; de hecho es en especial benéfica en padecimientos digestivos, nerviosos y urinarios. Este importante líquido también se puede oxigenar y contener dos átomos de hidrógeno y otros dos de oxígeno (en lugar de uno como el agua corriente) para utilizarla básicamente como antiséptico general.

En medicina se aplica principalmente para la limpieza y desinfección de heridas cutáneas. También se esterilizan objetos y se controla la producción de moho y población bacteriana en los alimentos.

Otro de sus principales usos curativos está en el agua ozonizada. El ozono es un gas formado por 3 moléculas de oxígeno, de olor picante, que observado en un espesor pequeño es incoloro, pero resulta azulado en capas gruesas.

En el campo de la salud, se lo utiliza mezclado con el oxígeno como desinfectante, antibacteriano y antiviral.

Debido a su acción antiinflamatoria y analgésica, está indicado en patologías caracterizadas por fuertes dolores, como las articulares y reumáticas (artrosis).

Así, la infiltración del ozono en el tratamiento de las hernias de disco, tanto lumbares como cervicales, evidencia un importante efecto analgésico, evitando la aparición de los riesgos colaterales típicos de las terapias con corticoides e incluso obviando la intervención quirúrgica.  


Créditos:
Por Mariana Nisebe para Diario Clarín. (16/09/04)

 



 
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