Una ballena muerta sobre la costa fue hallada por personal de una empresa petrolera. El director del museo local en conjunto con la Fundación Cethus, investiga las causas y extrae tejidos. Se trata de un ejemplar de unos 8 metros de longitud.

El cetáceo fue hallado por personal de una empresa petrolera a unos 40 kilómetros al sur de nuestra ciudad, en una playa que da a una estancia privada cuyo camino es de difícil acceso y de forma inmediata informaron del hallazgo al director del Museo “El Hombre y su Entorno” César Gribaudo.

Al respecto Gribaudo indicó que se trata de un animal de una longitud aproximada a los 8 metros y explicó que con anterioridad a ser detectada tenían conocimiento de la existencia de un ejemplar muerto flotando en el mar y preveían que pudiera salir en cualquier momento aunque en la fecha, no determinaron si se trata de la misma.

Sobre las tareas que realizan precisó que una vez ubicado se acercaron al sector y reconocieron que se trata de una ballena Rorl Quales que es habitual observarla mar adentro y no en cercanías a la costa como la ballena Franca.

Además de efectuar las mediciones, extrajeron tejidos para el análisis de contaminación y análisis genéticos.

“Se trata de un trabajo que hacemos en conjunto con la Fundación Cethus y a partir de ahí luego que se determinen estos análisis, además de los de las medidas vamos a producir un informe que presentaremos en la fundación y nos juntaremos con los biólogos y con el presidente para terminar de analizar todos los datos” y explicó en relación a los tiempos que “tiene que ver con la obtención de los resultados de los tejidos”.

Gribaudo valorizó el hecho que la ballena se encuentre en un espacio de difícil acceso para evitar que la comunidad “concurra a sacar pedazos por dos cuestiones: una que después queremos recuperar todo el esqueleto para poder exponerlo en el museo cuando se haga el edificio definitivo, por otro lado tenemos que esperar que se termine de consumir la carne y la grasa y es un foco de muchas infecciones por consiguiente cualquiera que se acerque y lo toque o toque los alrededores, puede generarle grandes problemas de salud porque todavía no sabemos de qué murió la ballena, si la posible enfermedad puede ser contagiosa para la gente”.

También destacó que todo lo que produce la “putrefacción del animal puede generarles trastornos respiratorios, por lo que tienen que tomar conciencia de no acercarse por el lugar.

Nosotros trabajamos con ropa que luego tiramos, con guantes, barbijos y después nos bañamos con alcohol, incluimos las muestras en bolsas, en frascos nos volvemos a lavar y las colocamos en nuevos envases para evitar cualquier tipo de enfermedad”.  

Créditos:

Publicado en el diario Crónica. (06/10/05)