El pasado fin de semana varios cisnes de cuello negro y algunos cauquenes (avutardas) fueron hallados muertos en el entorno de un inmenso espejo de agua de Caleta Olivia que se conoce como la Segunda Laguna.

Las aves tenían signos de haber sido apedreadas por desconocidos y si bien no es la primera vez que ocurre este tipo de hecho vandálico, la cantidad de ejemplares hallados sin vida -entre seis y siete-, causó indignación en muchos vecinos y gran preocupación en una reconocida entidad ambientalista que se gestó a principios de la década del 90, el CADACE.

Se dice que los responsables de esta matanza son grupos de adolescentes que lo hacen por diversión utilizando hondas pero en otras ocasiones se detectó que algunas aves habían perecido por balazos, lo cual habla a las claras sobre la peligrosidad de los autores.

Cristián Olivero, actual presidente del CADACE, comentó a El Patagónico que a la sede de la entidad algunas personas llevaron varios cisnes heridos por impactos de piedras.

Algunos de esos ejemplares pudieron ser salvados y se recuperaron, pero otros perecieron al cabo de pocas horas.

Mencionó que constantemente se hacen campañas en escuelas o bien se ofrecen charlas públicas respecto a la importancia del medio ambiente, protegiendo la flora y la fauna autóctonas, pero se requiere aún de mucho trabajo para concientizar a toda la comunidad.

En tal sentido abogó para que muchos padres se preocupen de hacer recomendaciones a sus hijos sobre este tema.  

Reserva natural

La denominada Segunda Laguna está en una depresión ubicada hacia el suroeste del ejido urbano de Caleta Olivia y prácticamente ya queda delimitada por la zona de chacras y el sector de nuevas viviendas que conforman el barrio Gato Negro.

Se alimenta de las aguas de lluvia que bajan desde los cerros circundantes o de otras zonas más altas, pero la dimensión de ese espejo se ha agrandado en los últimos meses por el aporte de aguas subterráneas.

Gran parte del volumen excedente se transfiere hacia la Primera Laguna y viceversa, luego que el municipio ejecutara una obra pública basada fundamentalmente en grandes tuberías que hacen las veces de vasos comunicantes.

Ambas lagunas fueron declaradas hace varios años como reservas naturales por ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante, lo cual da mayor fuerza a las disposiciones que prohiben y castigan con multas a los contraventores que arrojan basura en sus entornos y eliminen a las aves.

Sin embargo, es frecuente que algunas personas desaprensivas utilicen ese lugar como depósito de residuos y también maten a las aves migratorias.

Incluso los pocos testigos de estos casos generalmente se abstienen de hacer la denuncia ante la Policía Ambiental que depende de la comuna o bien ante el CADACE, como una manera de evitar compromisos.  

Franja de migración

Las lagunas de referencia, sobre todo la Segunda -más alejada de los barrios-, están geográficamente ubicadas en lo que se denomina «franja de migración» de las aves silvestres.

Son algo así como una estación de paso para cuando las bandadas van hacia el norte (mes de mayo) y cuando retornan al sur al mejorar las condiciones climáticas (desde fines de setiembre a noviembre).

Allí la gente puede observar a los cisnes blancos y cisnes de cuello negro, cauquenes y hermosos flamencos, chorlitos canadienses y patos silvestres, por citar algunas especies.

Además de descansar por la grandes trayectos que deben cubrir, las aves encuentran allí sus alimentos. Los cauquenes, por ejemplo, son filtradores de agua para absorver nutritivos microorganismos.

Ver a estos ejemplares desplazarse por el agua o bien volando en círculos constituye un hermoso espectáculo. Pero hay gente que ello parece molestarle y los mata.  

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Publicado en el DiarioEl Patagónico (06/11/03)