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Esta ave, por lo general de costumbres marinas, en el campo es famosa por su labor de saneamiento de la agricultura y de la ganadería por la notable cantidad de insectos que devora.
En la época de la siembra, cuando el labrador se dispone a arar sus parcelas o hectáreas, allí está la gaviota dispuesta a seguirlo toda la jornada detrás del arado.
Al abrirse los surcos, su excelente vista, en los continuos vuelos rasantes, distingue en la tierra recién removida a toda larva o insecto, que al asomar lo hace desaparecer de inmediato.
De igual modo las costas marinas son recorridas con su vuelo lento, en busca de la materia que el mar arroja a las arenas.
Cuando encuentran almejas, ostras, mejillones o algún otro molusco cerrado, la naturaleza le ha brindado la destreza necesaria para extraer de ellos su alimento: lo toma con el pico y se eleva a prudente altura, donde lo deja caer para que el golpe lo abra.
Lo hace cuantas veces sea necesario hasta lograr su cometido.
Nuestras playas patagónicas ofrecen este espectáculo, en cualquier momento, a aquellos que gustan de observar las costumbres de los animales o que sientan especial predilección por los pájaros.
Para construir sus nidos hacen una masa mezclada con hierbas secas y otros restos que las aguas depositan en la orilla.
Están formados de una manera bastante desordenada salvo en el lecho que es tapizado con plumas suaves.
Ponen tres o cuatro huevos gris verdoso con manchas negras, y después de ser incubados por veintiún días, nacen los polluelos que solo los cubre una pelusa gisásea y unas manchitas negras en la cabeza; similares a las que presenta el huevo.
Durante los primeros días, sus padres llevan el alimento sin cesar, pues estos son muy glotones desde el momento que ven la luz.
La alimentación primaria la suministran los padres regurgitando el alimento digerido en partes, en el buche.
En la semana siguiente la táctica es distinta: el alimento es dejado cerca del nido y los pequeños, atraídos por el olor, salen a buscarlo y así comienzan a alimentarse por sí solos.
Apenas pueden volar ya son independientes y abandonan a sus padres.
Estas aves son excelentes voladoras, constantes y de mucha resistencia, pero carecen de velocidad.
Conocen muy bien las corrientes de aire y aprovechan hábilmente las fuerza de los vientos.
También so buenas nadadoras y pasan largas horas nadando o dejándose llevar por las corrientes marinas.
La gaviota habita en todo el territorio del país, desde nuestras Malvinas hasta San Salvador de Jujuy, es decir que abarca los seis mil kilómetros de extensión de nuestra patria.