"Portal a los Hielos Eternos" |
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La naturaleza a dotado a esta pícara ave de un instinto conservador mucho mas avanzado que a otros pájaros. Son tan precavidos que inclusive son capaces de burlar al hombre.Mientras la bandada come, varios de ellos hacen de vigía apostados en la cima de algún árbol.
Tienen una vista privilegiada y pueden divisar el peligro a una distancia de casi novecientos metros; si el ser que se acerca trae en las manos el temible rifle en este caso, dan la señal de alarma con fuertes graznidos y la bandada que picoteaba el alimento levanta vuelo en el mas completo silencio a una velocidad de setenta a ochenta kilómetros por hora.Son extremadamente sociables y juguetones. Una de sus jugarretas mas comunes es despertar de improviso a los animales que se encuentran dormidos, sin interesarle el tamaño.
Un ejemplo de ello es verlo posarse suavemente en el lomo de una vaca y despertarla asustándola con súbitos y ensordecedores graznidos.
Logrado su pasatiempo se retira revoloteando alegremente en busca de otra risueña aventura.
Su astucia le vale, para prolongar su existencia, poco expuesto a morir por falta de alimentos ya que a pesar de ser sus platos preferidos las verduras y las frutas, engulle cualquier cosa, moscas, arañas, ratones, ranas y todo aquello comestible que encuentre al alcance de su pico, siendo su promedio de vida en libertad de veinticinco años.
En cautiverio, debido a su extraordinaria sociabilidad y al no tener ninguna preocupación de defenderse de sus enemigos naturales y buscar sustento, su existencia se prolonga varios años mas.
En estas circunstancias, sus costumbres por naturaleza cleptómanas se acentúan, y todo aquel que tiene un ejemplar suelto en su casa, si no lo sabe pronto comprobará que este simpático ladronzuelo es el causante de la desaparición de todo objeto hogareño, relojes, aros, dedales, y todo aquello que lame su atención lo hurtará llevándolo a su escondite, que estará detrás de algún mueble, aparador, sillón, etc.
Suele pronunciar alguna palabra pronunciada por los moradores de la casa. Por supuesto no todos los cuervos saben hablar, pero algunos ejemplares domesticados desde pichones han llegado a saber una regular cantidad de palabras sueltas y pronunciar frases hechas.
En las épocas de celo suelen pasarse largas horas en una rama acariciándose con sus picos y en forma especial rascándose la cabeza uno con otro como si esto fuera una muestra de aceptación mutua.
No existen rencillas salvo uno que otro graznido. Su sociabilidad llega al punto de compartir los machos las mismas nidadas y dos hembras empollar en compañía, compartiendo las atenciones de un solo cuervo.
Cuando proceden a la formación del nido estos pájaros juguetones satisfacen sus travesuras hurtándose los elementos con los cuales están realizándolos.
Cuando una pareja sale a buscar materiales o alimentos, otra le roba las mejores hebras, plumas, cerdas, etc. con las que están formando su futuro hogar, y así sucesivamente hasta que es tal la cantidad que traen, que ya no necesitan robarse unos a otros.
Los corvatos permanecen en sus nidos tres semanas, engullendo diariamente el alimento que le traen sus padres, equivalente a su peso.
Transcurrido ese tiempo empiezan el ejercicio de mover sus alas y ensayar movimientos de vuelo ante la atenta mirada de los machos.
Ya desde niños comienzan las artimañas; a veces se hacen los enfermos para lograr que los padres sigan alimentándolos, a pesar de bastarse por sí solos.
En nuestra Patagonia se los ve en la zona precordillerana, en el Alto Valle del Río Negro, en las márgenes de los grandes ríos, como el Chubut.
No frecuentando la zona central patagónica debido a que estos paseriformes buscan zonas arboladas y acantilados, por ser sus lugares predilectos para anidar y refugiarse.
Resulta interesante acotar a los amigos de las aves que por la dilatada extensión patagónica pueden recorrerse muchos kilómetros sin hallar avifauna, salvo alguna que otra que pasa volando.
Solamente se pueden apreciar y estudiar acampando y descubriendo sus refugios.
Las aves siempre están, lo que sucede es que por naturaleza toman sus precauciones en defensa de su existencia y solamente se hacen ver cuando su instinto les indica que no hay peligro.
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