Un nuevo libro afirma que Belgrano era "metrosexual"
 

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano con uniforme militar. Más videos y fotos: Entrar.

Es el "cartonero de la historia", según el historiador Mario "Pacho" O''Donnell. El periodista e historiador Daniel Balmaceda acaba de publicar Romances turbulentos de la historia argentina (Norma), una crónica de crímenes, amores y adulterios fundacionales de la Nación. En sus 33 capítulos, hay uno sobre el disfuncional matrimonio sanmartiniano y otro sobre Manuel Belgrano a la luz de la metrosexualidad. A Sarmiento, aparentemente insaciable, le dedica tres apartados. "Era muy picaflor, vivía enamorado. Le podían durar cinco minutos, dos semanas o cuatro años", explica.

"El libro desarma la idea que uno tiene de los próceres, muestra que todo es más dinámico, más trágico, que vivían las mismas cosas que nosotros", dice Balmaceda, que ha consultado archivos, diarios de la época y biografías en busca de materiales para el libro. En su historia, cómo no, aparece el libertador de América y padre de la Patria. "¿Se amaban San Martín y Remedios de Escalada? No existen pruebas documentales que permitan establecerlo", escribe en el capítulo sobre su accidentada vida conyugal. De lo que sí encontró pruebas, aparentemente, es de la "estrecha intimidad" que tuvo "don José" con Juana Rosa Gramajo Molina —consorte del estanciero don Rufino Cossio y Villafañe Aráoz—.

Y con una misteriosa aristócrata chilena que lo consoló tras la derrota en Cancha Rayada y con la limeña Rosita Campusano o la viuda María Josefa Morales, con quien además frecuentó los círculos sociales de Mendoza durante algún tiempo. Cuando se acabó, "Pepa se ofendió bastante, le dio un ataque de celos y discutían por la devolución de pertenencias", cuenta Balmaceda. El detalle no tendría mayor relevancia si no fuese porque una de las pertenencias era el estandarte que Pizarro llevó durante su conquista del Perú, una reliquia histórica que había quedado en manos de San Martín, y luego, de su amante. Ah, también se quiso quedar con su sable.

Sin embargo, si hay un capítulo que sorprende es el que Balmaceda dedica a Belgrano, donde derrumba el mito de su homosexualidad a la vez que rastrea sus orígenes. El episodio se dio cuando San Martín se hace cargo de un desmoralizado Ejército del Norte dispuesto a unificar las voces de mando. El ensayo consistía en escuchar las órdenes de San Martín y reproducirlas. Así sucedió hasta que le tocó a Belgrano, que por su contraste con las voces recias, hizo estallar de risa al oficial Manuel Dorrego, que fue apartado inmediatamente del ejército. "Los soldados lo llamaban cariñosamente Cotorrita, porque llevaba una chaqueta de un verde muy chillón. Andaba así con las tropas, iba con su chaqueta, usaba los perfumes que había traído de Francia y hablaba con voz de pito. De ahí nació esa fantasía, cuando en realidad tenía mucho éxito con las mujeres. Hoy, Belgrano sería considerado un metrosexual, tenía un estilo metrosexual".

Balmaceda supone que el libro no gustará en los ámbitos académicos. Sin embargo, un historiador reconocido como Pacho O''Donnell defiende su interés histórico. "Trabaja con cosas que los historiadores descartan. Tomar el tema de la pasión me parece especialmente interesante. Parece que la historia está condenada a referirse a aspectos más deshumanizados como los episodios bélicos o los ciclos económicos. Además, hay una descripción de época, las pasiones tienen su contexto en un lugar y tiempo". Por si acaso, mejor ajustarse la escarapela.  

Créditos:

• Por Juan Manuel Bordón. Publicado en el Diario Clarín. (25/05/07)