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La fibra de un pariente del árbol de plátano podría reemplazar el plástico en los millones de máscaras faciales y batas de hospital.
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La fibra de un pariente del árbol de plátano podría reemplazar el plástico en los millones de máscaras faciales y batas de hospital que el mundo está fabricando para combatir el coronavirus. El abacá, una fibra de Filipinas utilizada en bolsitas de té y billetes de banco, es tan duradera como el poliéster, pero se descompone en dos meses, según el jefe de la agencia de fibra filipina, Kennedy Costales. “Con esta pandemia, si todos compramos tapabocas hechos de fibra sintética, se acumularán en vertederos porque tardan mucho en descomponerse”, dijo.Los esfuerzos mundiales para prohibir los plásticos de un solo uso han retrocedido a medida que las naciones priorizan la higiene sobre el medio ambiente para envases y suministros médicos, creando un punto brillante para compañías químicas como LyondellBasell Industries NV y Trinseo SA. Las ventas de tapabocas desechables aumentarán más de 200 veces en todo el mundo este año a US$166.000 millones, según un artículo comercial de Naciones Unidas que cita a la consultora Grand View Research.
Las empresas han sido reacias a reemplazar el plástico con alternativas biodegradables debido a la preocupación por el costo y si los nuevos materiales son lo suficientemente fuertes y efectivos para uso médico. Un estudio preliminar del Departamento de Ciencia y Tecnología de Filipinas demostró que el papel de abacá es más resistente al agua que una máscara comercial N-95 y tiene tamaños de poros dentro del rango recomendados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. para filtrar partículas peligrosas.
Costales dice que la demanda de abacá podría crecer “exponencialmente” este año, con un 10% de la producción destinada a usos médicos, en comparación con menos de 1% en 2019. “La fibra de abacá está ganando popularidad rápidamente a medida que los gobiernos y los fabricantes de todo el mundo buscan producir prendas médicas más reutilizables y seguras para los profesionales del cuidado de la salud”, dijo Pratik Gurnani, consultor sénior de Future Market Insights.
En demandaFilipinas es el mayor productor mundial y suministró el 85% de la fibra en 2017, según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Se proyecta que la producción mundial tendrá un valor de US$100 millones este año, asegura Gurnani.
La fibra, despojada de los troncos del árbol de abacá, se usó para cuerdas de barcos resistentes al agua salada y sobres de Manila en el siglo XIX. Hasta 30% de los billetes de Japón están hechos de ella, y el hilo de abacá ha sido usado en automóviles de Mercedes-Benz.A pesar de que la fibra de la planta es más costosa de producir que las alternativas de plástico, los fabricantes de equipos de protección de la salud de China, India y Vietnam han realizado nuevos pedidos de fibra en los últimos meses, lo que llevó a las fábricas de Filipinas a duplicar su producción, cuenta el exportador de abacá Firat Kabasakalli.
“La gente espera que esta pandemia dure un tiempo, por lo que incluso las pequeñas empresas están tratando de fabricar equipos de protección que requieren nuestra fibra”, dijo Kabasakalli, gerente general de Dragon Vision Trading. “Estamos recibiendo muchas consultas de nuevos clientes en el extranjero”.
Oportunidad perdidaUna empresa en el sur de Filipinas que fabrica tarjetas de felicitación y papel a partir de la fibra para exportar a Estados Unidos y Europa ha pasado a fabricar tapabocas. “La conciencia de los consumidores ahora es mayor cuando se trata de cuidar el medio ambiente”, dice Neil Francis Rafisura, gerente general de Salay Handmade Products Industries Inc. “Hay personas que pagarán una prima por los productos ecológicos”.
La producción de abacá no puede mantenerse al día con la demanda, según Costales. Si bien estima que la producción aumentará a 74.000 toneladas métricas este año, eso no es suficiente ni siquiera para satisfacer el déficit de suministro del año pasado de aproximadamente 125.000 toneladas, dijo. Parte de la razón es que los agricultores en Filipinas carecen de subsidios gubernamentales para aumentar la producción.
“El abacá es como el oro precioso para Filipinas, pero a menudo se pasa por alto porque el gobierno prioriza los cultivos que alimentan a las personas”, dice Costales. “Esta es una oportunidad perdida para nosotros”.
Créditos:
- Publicado en el Sitio Tres Líneas. (29/07/20).
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