En la oportunidad se pudo observar el funcionamiento de la maquinaria que realiza el proceso, separando de distintas formas las fibras y este importante proyecto tiene como finalidad producir distintas prendas finas de vestir que tiene un gran mercado internacional por la calidad de la fibra de el guanaco.

Actualmente se está capacitando a un grupo de mujeres que alcanza a treinta personas que serán evaluadas y finalmente tendrán que ser seleccionadas y las mismas tendrán salida laboral a través de este emprendimiento.

Esta maquinaria es la segunda de Sudamérica y existen muy pocas en el mundo. El diseño fue realizado en su totalidad en Francia y el creador de la misma es Jhon Cox, está personalmente montando la misma en Pico Truncado.

Este proyecto cuenta con una inversión que supera los dos millones de pesos de los cuales el 51 por ciento es aportado por la inversión privada y el restante 49% por el Estado municipal y tiende a sentar las bases para la industrialización de las fibras especiales radicándose totalmente en Pico Truncado.

Ya existen puestos de venta en la ciudad turística de El Calafate y también en Puerto Madryn a donde se comercializan productos de fibras de guanaco a través de la firma Guenguel y es intención de las autoridades municipales y el sector privado que impulsan este proyecto, proyectarse al mercado internacional generando importantes divisas para la localidad y fuente de empleo para numerosos vecinos destacó el intendente.
 

En la pasarela

Ya en noviembre de 2002 la fibra de guanaco fue usada en la confección de ropa por la cotizada casa francesa de modas Jean Cartier, que planteó además mezclar este pelo con el del buey almizclero, del ártico canadiense, para producir una genuina fibra americana, para el diseño de una nueva línea de indumentaria.

A esto se sumó el proyecto de producir una línea de ropa patagónica exclusiva para exportación, a partir del pelo del guanaco y de la lana Merino.

Explorando exóticos materiales para diseñar sus modelos de colección, la cotizada casa del modisto francés Jean Cartier, en la ciudad de Banff (Canadá), posó sus ojos en las estancias El Picadero (Las Heras, Santa Cruz) y Don José (Río Mayo, Chubut).

Ambos establecimientos pertenecen a la empresa patagónica Guenguel -panza blanca en lengua tehuelche- y sus dueños son los hermanos Juan y Nelson Mazquiarán de Comodoro Rivadavia, quienes se dedican a la cría de guanacos bajo manejo sustentable.

El proyecto de cría sustentable de guanacos se inició en el año 1997, luego de adquirir información, tecnología y permisos legales de organismos de control de Fauna Silvestre.

Siempre fuimos criadores de ovejas, todavía lo somos, pero en los últimos años cayó el precio de la lana y ahí pensamos en diversificar la producción y así surgió la idea de aprovechar la piel del guanaco, manifestó el estanciero en aquella oportunidad.

En el año 2000 y de la mano del modisto francés, la fibra de guanaco patagónico se presentó por primera vez en la Feria de Pitti Filati (Firenze, Italia), uno de los desfiles más importante de la moda internacional en Europa.

Nelson Mazquiarán aseguró que las prendas confeccionadas con fibra de guanaco no producen el efecto picazón, y son muy suaves al contacto con el cuerpo.

Una de las ideas de marketing del producto, apunta a que quien consuma prendas elaboradas con esa fibra, por su textura y calidad, también estará ayudando al medio ambiente y a la conservación del guanaco.

Para que el pelo del animal se pueda utilizar en la confección de indumentaria, primero hay que descerdarlo, porque el guanaco tiene un pelo largo y grueso de 28 micrones y otro que anda entre 14 y 15 micrones.

Es una fibra preciosa porque hay escasa producción a escala mundial, tiene suavidad, es muy sedosa y el largo de mecha es ideal para hilarlo.
 

Mercados de elite

Los productos elaborados con fibra de guanaco tienen acceso a mercados de elite, con un gran valor agregado por el proceso de industrialización textil, al que es sometido en el extranjero, con la particularidad de que proviene de una zona considerada reserva ecológica.

La fibra de guanaco tiene una calidad superior a la del cachemir debido a sus inéditas características: 13 a 15 micrones de finura.

Además, posee una notable suavidad sobre la piel y su baja densidad le otorga una liviandad que la hace fresca en verano, abrigada en invierno y con un colorido natural.

El interés por el guanaco es que los productos elaborados con su fibra tienen acceso a mercados de elite, con gran valor agregado por la industrialización textil y la particularidad de que proviene de la Patagonia, una zona considerada como reserva ecológica.

El guanaco es una especie autóctona perfectamente adaptada al ambiente patagónico, a su vegetación, a su clima y a depredadores naturales. Posee una delicada forma de pisar, dado que sus cojines plantares elásticos no agreden el frágil suelo desértico. Estas características convierten al guanaco en una alternativa potencial desde el punto de vista ambiental.

El 95 por ciento de la población mundial de guanacos está en la Argentina, un 90 por ciento de ellos se encuentra en la Patagonia, el 4 por ciento en Chile y el 1 por ciento restante en Bolivia y Perú.
 

Créditos:

Publicado en el Diario La Opinión Austral (17/04/06)