Fueron 6 horas y media las que les demandaron a los 36 remeros cubrir los 44 kilómetros que distancian a las ciudades de Punta Arenas y Porvenir, en la mítica isla de Tierra del Fuego.

El viernes anterior, en la sede de la Gobernación Marítima de Chile, principió el evento con la presentación a cargo de los organizadores, la Asociación de Kayakistas Olas Fueguinas, representada por Alfredo Moreno, y la Asociación de Guías de Turismo Ourdoors.

En las reuniones previas se fortaleció el espíritu de confraternidad y camaradería entre todos los remeros. Una tribuna de curiosos lobos marinos espió la partida que se realizó con las primeras luces del domingo, con una brisa suave y una sensación térmica de 7 grados bajo cero.

En cercana formación zarparon los 15 kayaks dobles y los dos triples, bajo la celosa custodia de la marina que dispuso el apoyo de dos barcos patrulleros, tres lanchas, una barca de pescadores, dos gomones y un helicóptero.

Los navegantes fueron dignos embajadores de entidades de Río Grande, Ushuaia, Punta Arenas, El Porvenir, Río Turbio, Río Gallegos y Puerto Deseado, destacándose la fuerza y decisión de dos mujeres: Karen Alvarado Alvarez, de Porvenir, y Vanessa Guzmán Llancalahuen, de Punta Arenas.

A medida que avanzaban los remeros adentrándose en el canal, petreles gigantes, cormoranes imperiales y fulmares sobrevolaban serenos la formación náutica.
 

Expedición musical

De acuerdo al relato -riquísimo en imágenes- que hizo Marcos Oliva Day, el director de la Fundación Conociendo Nuestra Casa (FCNC) para este diario, “el viento cansino, que acompañó a los expedicionarios durante el primer tercio del recorrido, se despertó un tanto y aumentó su intensidad en el centro del estrecho, alcanzando más de 20 nudos, y con ello la altura de las olas, sin que esto pusiera en riesgo la navegación”.

De cualquier manera, habituados a las travesías, José Jaramillo y Raúl Flowers, de “I Yenu Jono” y Alfredo Giraudi y el mismo Oliva Day, sorprendieron a los kayakistas cantando antiguas canciones marineras para templar el ánimo, canciones que, al poco tiempo, fueron coreadas por el resto de los participantes.

Sólo un kayak doble tumbó en esa oportunidad. Algunos “maliciosos” dijeron después que sus tripulantes no soportaron los “cantos”. Al aproximarse a la costa, el viento disminuyó su intensidad y cuando los remeros ingresaron en la bahía de El Porvenir, casi no se hacía sentir.
 

Delfines en bienvenida

La llegada fue emocionante con lanzamiento de bengalas y cientos de personas y vehículos en la costa. Los gritos de bienvenida se mezclaban con las sirenas de las embarcaciones de apoyo y de la barcaza que partía en ese momento.

Como si hubiera estado programada una bienvenida especial, un grupo de delfines australes inició una serie de saltos y cabriolas entre los kayaks, dándole un marco excepcional al momento.

En la entrega de diplomas habló “Freddy” Moreno, quien agradeció el compromiso de los remeros. Por su parte, la alcaldesa de Porvenir, Sylvia Vera Pérez, señaló que el acontecimiento significaba “un valioso impulso al deporte y al turismo de la zona”.

Finalmente, el gobernador marítimo de Punta Arenas, comandante Ricardo Bendel, felicitó a los organizadores y a los kayakistas, destacando su valentía.

De este modo, un sólido sentimiento de hermandad se instaló en un área que estuvo a punto de ser sede de un absurdo conflicto armado, hace tan sólo 30 años.

Así, como en un sueño, navegaron en la memoria la sabiduría marinera y la formidable adaptación al medio de los kaweshkar, el pueblo canoero que durante más de 5.000 años reinó en la región.

También, las epopeyas de Magallanes y Sarmiento de Gamboa, el viaje heroico de la goleta Ancud y las hazañas de don Luis Piedra Buena, rescatando cientos de náufragos en mares embravecidos.
 

Créditos:

Publicado en el Diario El Patagónico. (09/09/08)