"Portal a los Hielos Eternos" |
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Con motivo de la Fiesta Patronal de Cañadón Seco, Virgen Nuestra Señora del Rosario, se realizó la XV Peregrinación desde la localidad de Caleta Olivia hacia Cañadón Seco. Un numeroso grupo de personas se dieron cita para tan conmovedora muestra de Fe. 03 de Octubre 2009. Estas imágenes son meramente ilustrativas para esta nota.
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No tengo ni una ampolla... ni siquiera estoy cansada", dice, orgullosa, Dionisia Gaspar de Angelo.Su satisfacción es más que entendible ya que ha caminado junto a otros quince vecinos nada menos que 540 km (¡540 km!) durante 13 días por cerros y quebradas de la puna salteña y jujeña, tolerando alturas de no creer para semejante caminata: el tercer día alcanzaron los 4.800 metros.
Y soportando en algunos tramos un frío con heladas que en el octavo día llegó a los 15 grados bajo cero.
Dionisia no miente. La verdad es que, a 24 horas de haber llegado a la capital salteña desde su pueblito, Santa Victoria Oeste -en el extremo norte de Salta, cerca de la frontera con Bolivia-, luce entera.
Pero, sobre todo, feliz por haber cumplido por segundo año consecutivo con la promesa de peregrinar hasta el Señor y la Virgen del Milagro, cuyas imágenes se veneran en la catedral local. Y participar, hoy, de la seguramente imponente celebración de su festividad.
Pero Dionisia no es la única que puede mostrar su buen estado físico. "Salimos 16 personas de Santa Victoria Oeste, 12 varones y 4 mujeres, y todos llegamos bien, nadie se enfermó", dice.
Entre ellos, se cuenta uno de sus cinco hijos, de 16 años, que también quiso ser de la partida. "Nos arreglamos con la altura, con el frío", señala. Además, la gente de cada pueblo por el que pasaban salía a su encuentro, les daba alojamiento y comida y muchas palabras de ánimo.
La peregrinación desde Santa Victoria Oeste es la que llega de más lejos, pero forma parte de una de las tantas provenientes de diversos puntos del noroeste argentino que están arribando a esta capital desde el fin de semana.
No pocos peregrinan, incluso, en bicicleta. Cada arribo es una fiesta: sirenas, vivas y aplausos acompañan las últimas cuadras hasta el emotivo ingreso de los peregrinos a la Catedral, que termina en emocionados abrazos.
Con todo, la marcha desde Santa Victoria no sólo es la más larga, sino una de las más peliagudas. Hilarón Peloc, un enfermero de 51 años que participa en su organización desde la primera, hace nueve años, dice que los primeros seis días, hasta llegar a Humahuaca, "son los más bravos porque buena parte del camino es de cornisas, el clima no perdona, la altura, pese a la costumbre, pega, y algunos piensan en abandonar, pero luego siguen".
De hecho, para los primeros días los peregrinos llevan una carga ligera: una mochila con abrigos, algunas galletas y poco más. El agua la cargan en las vertientes que, se asegura, son purísimas. Además, a la hora de tener que comprar alimentos "siempre se hace una 'vaquita' con el dinero", dice Peloc. Eso sí: nunca renuncian a transportar a pulso cinco imágenes religiosas.
Si bien la costumbre de venir caminando a esta tradicional festividad es antigua, en el último cuarto de siglo empezaron a organizarse formalmente peregrinaciones desde los más diversos puntos.
"Yo vengo con una de San Antonio de los Cobres que se hizo por primera vez en 1988 con sólo 30 personas y este año éramos más de quinientos", dice Dante Bernacki, vicario general del arzobispado de Salta y gran impulsor de estas marchas.
El cura Bernacki dice que estas peregrinaciones son "una escuela de solidaridad porque todos comparten: los peregrinos y quienes los reciben en cada pueblo".
Considera, además, que "en un mundo tan materialista que no lleva a la felicidad, esta gente nos da un testimonio de que, a partir de compartir en los lugares inhóspitos donde viven lo poco que tienen y creer realmente en Dios, se puede ser feliz".
Créditos:Publicado en el Diario Clarín (15/09/09)
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