Minutos antes del multitudinario oficio religioso, Darío Betancourt fue declarado huésped de honor por el municipio local y el propio intendente Fernando Cotillo le hizo entrega de la resolución formal, además de un presente recordatorio.

En tanto, el reconocido predicador -que actualmente reside en Nueva York- le obsequió al jefe comunal, a su esposa y a la secretaria de Cultura, Lucila Rementería, medallitas que habían sido bendecidas por el fallecido Juan Pablo II.

Antes de ello, el autor de varios libros inspirados en la espiritualidad, entre los que se encuentra «Vengo a Sanar», se había acercado hasta la primera fila de gente saludando a algunos impedidos de caminar, al tiempo que recibió innumerables muestras de afecto.

Luego, subió al escenario para levantar con sus manos una gran cruz, en tanto que sobre el fondo se recortaba una pancarta preanunciando a todo creyente que «tu fe te salvará, vete en paz».

Con antelación, cerca del mediodía, Betancourt ofreció una conferencia de prensa en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde hizo alusión a la angustia de las personas que sufren y al rol que procura realizar la Renovación Carismática para mitigar la misma.

Destacó también que el papa Benedicto XVI está de acuerdo con este movimiento a tal punto que ha pronunciado palabras de afecto para con la misma.

En otro orden, sostuvo que muchos de los grandes problemas de la humanidad surgen del mal uso de la libertad y en lo personal admitió que a veces se sentía triste cuando no podía sanar a todas las personas que van a sus misas.
 

Tecnología y egoísmo

Asimismo, consideró que en nuestros tiempos si la tecnología no se usa para Dios, se transforma en un gran obstáculo para llegar al Santo Padre. En ese sentido citó como ejemplo a las grandes potencias «que usan sus dineros para sus egoísmos que se vuelven en un problema para el mundo, comenzado por ellas mismas».

Fue entonces cuando preguntó: «¿cuántos jóvenes americanos han muerto en una guerra tan inútil como la de Irak?».

Todo ello le llevó a decir que «el diablo no dejar de hacer el mal en el mundo y ese es su trabajo bien hecho», por esto es importante mostrar la belleza de Dios para que el mundo sea diferente y eso debe comenzar en el seno de una familia.
 

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Publicado en el Diario El Patagónico. (22/04/07)