Sucede siempre, o casi siempre, que las necesidades se vuelcan en axiomas que más que iniciales son finales.

Cuando escribo "Siglo de la Totalidad" me refiero a esa suerte de conexiones que el ser humano busca o debiera buscar en todos los órdenes de su labor y de su existencia.

Escribía Jung hace poco más de medio siglo, que el Arte de lo Total exige al Hombre Total. Y en su "Psicología y Alquimia" prescribe el proceso de individualización como camino hacia esa Totalidad.

A nivel cerebral o funcional la neurobiología entiende que un funcionamiento parejo de los hemisferios podrá en alguna medida ayudar a esta búsqueda de la unión entre lo parcial y lo total, entre el conocimiento profundo de una disciplina, y que no esté aislado de otras, una suerte de síntesis cooperativa.

Hoy día no resulta extraño que un Físico-Teórico en una conferencia mencione un párrafo de Borges. Que la Teoría del Caos se insinue a nivel biológico en una película. Que el Yin y el Yang como símbolo aparezca en el escudo nobiliario de un hombre de ciencias.

Que la Matemática, la Filosofía y la Música se conjugan en un Juego Total (de Abalorios - H. Hess).

¿No es sintomático que el juego este asociado a la niñez (falta de prejuicios), a la creación, a la Libertad?. Entre la Libertad Total (la Locura) y la Programación Total (el hombre robotizado) se mueve la imaginación del Ser Humano.

Pero el crador es siempre el artista hasta en las ciencias más duras, el orden actúa más en un sentido estético en cuanto creación que en un sentido Formal-Deductivo. Aunque este sea necesario para el discurso.

Hablemos pués de Borges, de Matemática, de Mundos Paralelos, de Jung, de Disciplinas Alternativas, al fin de cuentas en la vida real, como en los Arcanos Mayores del Tarot, el Loco (el Hombre) está al principio y también al final de todo.  

Ver: Argumentum Ornithologicum