"Portal a los Hielos Eternos" |
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En los años sesenta y comienzos de los setenta ocurrieron eventos de carácter mundial, que erosionaron fuertemente los paradigmas sociales existentes. El Mayo Francés, la fuerte represión de los reclamos de Praga, las expresiones antiguerreras en contra de las autoridades de EEUU por la guerra en Vietnam, el gran incremento del Petróleo, con su consecuente cartelización y manejo a favor de los países árabes organizados en la OPEP, etc., fueron cuestiones que conmovieron el modelo conocido. Estos eventos sociales, que cuestionaron la autoridad institucional de los países occidentales liberales y democráticos, llevaron a las élites ultraconservadoras a plantear que había una crisis de gobernabilidad y una peligrosa anomia en la conducta de los colectivos sociales. El intelectual y politólogo Huntington y otros dos pensadores, fueron encargados del estudio de este proceso de erosión del poder y del a aplicación directa y efectiva de la autoridad. Asi produjeron y fueron responsables de un informe sobre estas nuevas situaciones. Algunas conclusiones avanzaron alrededor de la sobredemanda que recibían los gobiernos de Estados benefactores y que al no poder satisfacerlas, el sistema político y los liderazgos, eran duramente cuestionados. Es que las demandas de igualdad, de equidad en los beneficios del sistema, de respeto por los derechos de libertad políticas individuales y colectivas, eran cada vez mas frecuentes y mas cuestionadoras del esquema dominante. Entonces el destino fatal era la ilegitimidad de las autoridades al no poder producir la satisfacción de las demandas ni alcanzar los consensos necesarios para diseñar una política estadual que contemple un destino común satisfactorio para los colectivos sociales. En nuestro Continente, la crisis de gobernabilidad viene asociada al aparente agotamiento del Estado Benefactor, al ineficiente Estado Empresarial y su intervención en la economía y a la permanente diatriba de los sectores económicos concentrados que fundados en la maximización de los resultados de todas las variables socioeconómicas, minaron los fundamentos que crearon aquellos Estados benefactores. Este agotamiento tuvo una triste contrapartida desde los sectores poderosos y una consecuente respuesta. Asi, estos condimentos sumados contribuyeron en los años ochenta a crear un clima propicio para la aceptación de discursos y relatos en sintonía con el discurso del Neoliberalismo incipiente. De este modo, la introducción a sangre y fuego de los paradigmas del Neoliberalismo, con una tempestad de privatizaciones y recortes en los gastos sociales, los resultados esperados fueron inmediatos. Esta política produjo rápidamente una agudización en la inequidad de la distribución de la riqueza, un incremento del desempleo, la pobreza y la ampliación de sectores vulnerables, que errantes vagaban en la búsqueda de solución a sus problemas. A ello se le sumó una profunda desinversión en Educación y Salud y una brutal disminución en los Gastos Sociales.
Estos, fueron los elementos disparadores de una dura critica a los administradores estaduales, llevándolos a agudas crisis de estabilidad que erosionaron fuertemente los incipientes procesos democráticos de la América Latina.
¿Se puede enmarcar el concepto de gobernabilidad en algunas acciones concretas en la acción de los gobiernos?. Si, he de señalar que básicamente y en primera instancia han de dictarse medidas de afirmación del sistema de partidos políticos. Este fortalecimiento se obtiene a través de legislación, que institucionalice a los partidos políticos con un alto grado de jerarquía, lo cual haga de difícil remoción, su existencia. Otro anclaje, que se considera necesario y excluyente es la suficiencia financiera a favor del Estado, para que cumpla con sus fines de interés público. Fortalecer el Estado de Derecho, con un Poder Judicial Independiente y de ese modo asegurar los derechos de las personas, para prevenir conflictos potenciales que provengan de la lesión de aquellos derechos que con impudicia algunos sectores atacaron sin piedad. Me refiero específicamente al desmantelamiento de la legislación laboral en disfavor del movimiento obrero, con la consecuente precarizacion de las contrataciones laborales. Otro de los resultados de aquella política de marginación lo ha sido la profunda inseguridad urbana que erosiona el crédito de la Justicia. Considero fundamental, el fortalecimiento del sistema de partidos políticos, como poleas de transmisión entre la actividad de los funcionarios públicos y las verdaderas demandas de la sociedad civil. El garantizamiento de los derechos humanos, en su más amplia concepción, considerando, como fundacionales, el derecho a la vida, a un ambiente sano, a la educación, al trabajo, a la vivienda, son también elementos que deberá tener en cuenta el sistema para sustentar el marco de gobernabilidad. Entonces, no cabe duda que debe ampliarse el marco de gobernabilidad a un contexto de gobernabilidad económica-financiera, ambiental, sanitaria, de educación, etc. El desafío ya no es entonces, un buen gobierno, sino la sustentabilidad del sistema político democrático, en el que ese gobierno se desarrolla. Entonces, lo que esta en juego ya no es buen gobierno sino la gobernabilidad misma de un sistema. Y la amenaza a la gobernabilidad, es la anomia y la desintegración social.
El escenario mas crudo y descarnado de la desgobernabilidad de un sistema político que podemos esperar, tal vez sea, la postulación de Hobbes en su Leviatán en el que nos describe una vida social de una brutalidad extrema, donde la vida es corta, efímera y de poco valor y en donde "el hombre es lobo para el hombre".
Un concepto de gobernabilidad que me parece el más claro y esperanzador es el que extraigo de las especulaciones teóricas del pensador y politólogo Michel Coppedege. Alli el autor indicado señala que, un sistema social es gobernable cuando está estructurado sociopoliticamente de tal modo, que sus actores estratégicos se relacionan positivamente para resolver sus conflictos y toman decisiones sociales, de acuerdo a reglas predeterminadas. ¿Quienes son los actores estratégicos?. Bueno, son actores estrategicos aquellos sujetos, grupos, organizaciones o grupos con poder con posibilidades de limitar o influir el normal desarrollo, de las normas consensuadas socialmente y que sirven para la resolución de los conflictos sociales, de modo pacífico. Sin poder para socavar o consolidar el sistema socio político NO hay actor estratégico, en otras palabras. Este actor estratégico lo ubicaremos en posiciones importantes del sistema de gobierno o funciones públicas, en el control de factores de producción o del control de la información (dueños de medios de comunicación masiva). Hay otros grupos o actores estratégicos que con un gran poder de movilización, se convierten esporádicamente en actores estratégicos, en razón a su poder de presión en las calles, pero dado su volubilidad no terminan de convertirse en verdaderos grupos de presión. Y finalmente los grupos eclesiásticos (Iglesias de diversos cultos, colegios confesionales, asociaciones civiles de carácter confesional, etc.), que también conforman un grupo formador de opinión y conciencia. Para estudiar la gobernabilidad, habrá de identificarse a los actores estratégicos, cual es el recurso que controlan para saber cuales son sus intereses y que actores elegirán para dirimir sus controversias. También, hay que analizar el cuadro institucional. Si la formulación de leyes y reglas para dirimir conflictos entre los actores estratégicos son estables, aquellos serán resueltos con mayor eficiencia y en favor de los intereses comunes. Cuando mas estables mas es la capacidad del contexto institucional para resolver positivamente los conflictos que se plantean los actores estratégicos. En sociedades cruzadas profundamente por la globalización, las amenazas y oportunidades son tan recurrentes que modifican permanentemente el escenario de actores estratégicos. De este modo aquellas circunstancias posicionan favorablemente a unos y descalifican a otros. Esta lucha por entrar a este ambicionado lugar, es una lucha que tiene que ver con los cambios tecnológicos, cambios socio-políticos y hasta cambios que genera la naturaleza misma. Otra cuestión a tener en cuenta es si la gobernabilidad requiere también no sólo la aceptación de las decisiones por parte de los actores estratégicos, sino la aceptación pacifica por parte de los actores no estratégicos. Se ve asiduamente el nacimiento de vastos sectores informales que viven al margen de las decisiones tomadas por los actores estratégicos. Entonces el debate gira alrededor de si estos sectores marginales son los que prohijan o crean la anomia, la desintegración social, la pobreza, economía de subsistencia, economía criminal etc.,; es decir ingobernabilidad. En realidad estos sectores son los emergentes de malas decisiones de diverso tipo básicamente decisiones de carácter económico-sociales que contribuyen a cuestionar la gobernabilidad y aumentar su inestabilidad. El sistema institucional será -como dije- más eficiente si logra restaurar el equilibrio e incorporar aquellos sectores excluidos al cumplimiento de las normas consensuadas, restaurando de ese modo el equilibrio o forjando un nuevo equilibrio, pero con la premisa de la inclusión de aquellos sectores marginales.
Entonces, podremos aseverar que la gobernabilidad tiene que ver con un desarrollo social satisfactorio para las mayorías, que son -en definitiva- las que tienen diversos modos de cuestionar el andamiaje y relato impuesto por los actores estratégicos.
Esta gobernabilidad debe ser compatible con los conflictos y su capacidad para resolverlos dentro de la institucionalidad de las normas. Es sabido que por afuera de aquellas también se resuelven conflictos pero la duración de la solución y el equilibrio de intereses, siempre estará amenazada por la insatisfacción de los excluidos del acuerdo. Muchas veces las crisis de gobernabilidad devienen de la incapacidad del contexto regulatorio que debe resolver los conflictos entre los actores estratégicos y no estratégicos. Otras veces, las crisis se manifiestan como resultado de la inadecuada institucionalidad de los procedimientos y reglas. Otras, en razón de la aparición de nuevos jugadores estratégicos que en su marcha a las posiciones que ambicionan, ponen en tensión el equilibro que habían conseguido los actores consolidados en el sistema. En esta descripción de la gobernabilidad y su relación con el desarrollo, también esta presente la calidad de las instituciones. Calidad que esta referida a la fortaleza de la estabilidad y prácticas sanas de control de gestión de los objetivos institucionales perseguidos. Una extrema debilidad en la calidad de las instituciones públicas, tiene como correlato un necesario déficit en la ejecución de los derechos socio económicos de las mayorías. Estas deficiencias que he venido describiendo legitiman el escaso apego a la legalidad. También y de algún modo, justifican los actos de corruptela en sectores sociales que, tradicionalmente se caracterizaban por ser decentes y cuidadosos de la legalidad. Ello se ve cotidianamente en actos como; los enganchados al servicio eléctrico, la ocupación de terrenos de fiscales, la ocupación de plazas públicas, y otras manifestaciones que hacen caso omiso de las reglas impuestas por el Estado. Es el estado ausente en la provisión de los Servicios Públicos mínimos, el que que con su ausencia justifica de algun modo estas conductas disvaliosas.
El control de la eficiencia en la prestación de los servicios públicos es de insoslayable urgencia y esta en manos y en el compromiso de los órganos de control, minorar estos consecuencias indeseadas.
Estos organismo de Control han de estar dotados de una institucionalidad sólida y moderna, tanto en su capacidad de conocer y analizar los actos de los poderes del Estado, concomitante de una potestad sancionatoria de tal potencia que, desestimule el incumplimiento de la normativa vigente. Tanto es necesario, producir un mejoramiento institucional de nuestros organismo de control como modos de mejorar los procedimientos de control. Ello, enderezado a sustentar el afianzamiento de la gobernabilidad a través del Control. La gobernabilidad como presupuesto sustentable en el tiempo, también supone un compromiso de los actores estratégicos en tal sostenimiento. Si hay compromiso con la sustentabilidad de la gobernalidad habrá de avanzarse en el mejoramiento de la calidad institucional y de todo el contexto legal que abriga a la sociedad. La calidad de las instituciones públicas constituye el puente que une el desarrollo humano y social con las reglas y prácticas del sistema político.
Esto es, el desarrollo económico, humano y social depende de la formulación de instituciones que permitan una legítima representación de las mayorías y un efectivo control público de los políticos y operadores decisionales con ingerencia pública.
Puede hablarse de un control social, que va tomando nuevas formas y prácticas novedosas. Esto está en línea con la aparición de nuevos conflictos, que NO encuentran solución institucional. Este control social aparece con personas que ven lesionados sus derechos y necesidades y no encuentran otra respuesta que un nuevo incumplimiento o bien con nuevas insatisfacciones. Así, el ciudadano que no encuentra solución a una inundación recurrentes de aguas cloacales o pluviales en su barrio, porque el municipio y sus funcionarios no lo resuelven, troca su conducta indiferente en activa conducta social y procede a cortar una calle. Así, cuando el ciudadano que no encuentra solución en el sistema Judicial a sus problemas de inseguridad pública, también corta una calle. Pero, por mas antipático que resulte, por mas antifuncional para todos que resulte la práctica, la demanda esta planteada. El municipio no funciona. La justicia no funciona. Este control social, no por anómico y anárquico, es menos legítimo y atendible. Sino por el contrario, su legitimidad nace de la urgencia y necesidad de la resolución de aquellos problemas. Mas bien diría, que estos conflictos son los que disparan otros conflictos, que están amenazadoramente soterrados y son los que descalifican y minoran las jerarquías administrativas encargadas de la solución de los estos déficits sociales. Este cúmulo de conflictos irresolutos que no encuentran cauce de solución, son los que minoran y desvaloran la gobernabilidad de los sistemas políticos. Pequeños conflictos que sumados son una gran insatisfacción, que hace a la construcción de una conclusión colectiva, cual es el Administrador de la cosas pública, NO sirve.
NO obstante he de insistir, que este Control -de carácter social y ciudadano- sólo debe estimular fuertemente a las clases administrativas y sus autoridades a buscar nuevos elementos de resolución de conflictos, institucionalizando aquellos que se puedan institucionalizar y previniendo los que están aún solapados y latentes.
El control institucional es mas previsible y mas estructurado que el arriba descrito. De hecho si estamos hablando de controles presupuestarios estamos hablando de una materia harto desarrollada, difundida y acotada. De modo que este control ha de contribuir a la gobernabilidad, devolviendo a los administradores la confianza que en ellos ha depositado la Ciudadanía. Es el control de sus conductas administrativas, la herramienta que legitima su accionar. He de afirmar aquí que el control legitima a los administradores de la cosa pública, en tanto aquel es efectivo y su comunicación extendida a los usuarios de la información del control. Admitir el control, alentando su buena práctica en las Instituciones Públicas, pavimenta el camino a la confianza de la comunidad. Siendo como se propone, que la gobernabilidad, no tiene que ver solo con el gobierno, sino con las sociedades o sistemas políticos y con su estabilidad en el tiempo, el Control ha de ser un pilar para cimentar aquella sustentabilidad. La gobernabilidad es un concepto diverso y relacionado a los gobiernos, a las Administraciones Pública, pero que no se agota en los gobiernos ni en las Administraciones Públicas. Se abona mas bien con un concepto de gobernanza, que se ajusta mejor a las prácticas honestas y transparentes de la gestión de lo público. Y aquí el control de lo público, encarnado en Instituciones, ONGS, personas y colectivos sociales, toma una significación de carácter sustantivo en el desarrollo de aquella gobernanza, contribuyendo a la gobernabilidad de los sistemas políticos y afianzando los sistemas políticos democráticos y los Estados de Derecho. El control en la Gobernabilidad Democrática exige que el Poder Administrador tenga limitaciones, de hecho y de derecho, que reposen en un poder sancionatorio y que esté en manos de Poderes Autónomos e Independientes, tales como el Poder Judicial y Legislativo. A esto, hemos de agregar que esta Gobernabilidad Democrática también sustenta su legitimidad en otros mecanismos de control de responsabilizacion horizontal, que vigilan sus actos más triviales y profanos, pero que contribuyen a hacer más efectivo el Control sobre los Funcionarios de la Actividades con impacto Público.
Me refiero aquí no solo a las instituciones como los Tribunales de Cuentas, Sindicaturas, Auditorias, Inspección de Personas Jurídicas y similares, sino también a los Colegios Profesionales, ONGs y Colectivos Sociales que en la protección de sus derechos colectivos, también producen un sistema de Control mas abarcativo y afianzador de la Gobernabilidad Democrática.
Una estabilidad de la gobernabilidad democrática ha de sustentarse en la profundización de la jerarquización de los sistemas de Control. El control Judicial, ha de funcionar como primer dique de contención a las malas prácticas gubernativas y con una señal disuasiva potente para fomentar las buenas prácticas, en todo sentido. En segundo orden, el fortalecimiento institucional de los organismos de control horizontales, contribuirá a combatir los problemas de corrupción estructural, a combatir la ineficiencia, a fomentar la eficacia, a obtener la consolidación y profesionalización de los recursos humanos en el Estado.
En suma, el fortalecimiento de los Organismo de Control contribuirá a profundizar la robustez de los sistemas que conforman la Gobernabilidad en un Estado de Derecho, consolidando el sistema Democrático, en el marco de un Estado de Derecho y revitalizando los Derechos Humanos de los Colectivos Sociales en nuestros Países Latinoamericanos.
1) Michel Coppedege, "el concepto de Gobernabilidad .Modelos Positivos y Negativos. Informe PNUD. 1996.
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