"Portal a los Hielos Eternos" |
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Las mujeres recolectoras comenzaron a cumplir esa función días después de iniciarse el conflicto.
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Esta situación extraordinaria se produjo porque gran parte del personal de planta permanente se plegó al paro de actividades impuesto a partir del 6 de marzo por el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Caleta Olivia (SOEMCO) por demoras en el pago de salarios, asignaciones familiares y escolaridad.El Departamento Ejecutivo fue cancelando paulatinamente todos esos compromisos y ayer el gremio resolvió en reunión de miembros de comisión directiva y cuerpo de delegados, levantar la medida de fuerza a partir de las 0 de hoy.
No obstante, dejó pendiente el reclamo por cuestiones vinculas a la ART, la deuda por aportes sindicales y una pauta salarial a futuro.En total fueron once los días de huelga, pero las mujeres recolectoras comenzaron a cumplir esa función días después de iniciarse el conflicto. La mayoría de ellas estaba afectada a trabajos de limpieza de calles y acondicionamiento de espacios verdes.
En principio mucha gente pensó que las mismas fueron obligadas por las autoridades municipales a ejercer una tarea que, al menos en nuestro país, generalmente es propia de los hombres.De hecho se tejieron numerosas conjeturas que aludieron al avasallamiento del género debido a que ellas no solo debieron estar en contacto con desperdicios susceptibles de contaminación, sino también treparse y sujetarse a las colas de los cuatro camiones recolectores.
Hubo sensaciones encontradas ya que a muchos vecinos les despertó cierta compasión y a otros rechazo observar un cuadro que bien podría representar un desprecio al feminismo. Pero también hubo posturas de admiración.Varias de estas mujeres, en su mayoría madres, aseguraron al ser consultadas brevemente por Diario Patagónico que ellas mismas pidieron cumplir el rol de recolectoras.
Ello fue corroborado por uno de los coordinadores del Plan de Contingencia, el director de Obras Públicas Walter Páez, quien manifestó que “a nosotros no nos fue fácil aceptar ese ofrecimiento, pero ellas dijeron que querían colaborar y que estaban decididas”.
“Entonces les pedimos que tomen precauciones al manipular residuos, sujetarse de la cola del camión y también que tuvieran cuidado de los perros callejeros”, añadió.Fue Páez quien precisó que a este operativo se sumaron 30 mujeres que fueron divididas en dos turnos para trabajar con cuatro camiones recolectores y, en algunos casos, se intercalaron con hombres.
Más allá de ese mutuo acuerdo, al municipio debe reprochársele que no las proveyó de indumentaria adecuada y solo les hizo entrega de un par de guantes del tipo jardinero, es decir de escasa protección.
Créditos:
- Publicado en el Diario El Patagónico. (17/03/15).
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