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Con la intención de conocer la opinión de profesionales en la materia, Diario Patagónico entrevistó al presidente de la Asociación de Arquitectos de esta ciudad costera, que tiene como su más alto exponente arquitectónico al Monumento al Obrero Petrolero.Fundada en 2007, esta asociación civil comenzó juntándose dentro del claustro del Consejo Profesional.
Hoy tiene personería jurídica y 26 profesionales asociados trabajando en plaza, aunque muchos están dentro de los ámbitos de la función pública, en los cuerpos técnicos y en la docencia, entre otros.
Según Jorge Fabián Díaz, el titular de la entidad, hay un perfil arquitectónico particular en Caleta Olivia, signado por ser “una sociedad heterogénea, ya que tenemos distintas corrientes migratorias y quienes llegaron quisieron hacer, aunque en algunos casos, también una reproducción del lugar de donde provienen”.
Con la dinámica propia de los lugares costeros y su inusitado desarrollo poblacional de los últimos cinco años, Caleta Olivia atraviesa un crecimiento urbanístico por cierto envidiable para otras localidades del interior santacruceño.
Sin embargo, son justamente los edificios y construcciones particulares los que conforman una muestra evidente de la cultura del lugar, aunque no siempre conducen a la recreación de la vista, ya que aquí en Caleta hay varios antecedentes de edificaciones poco criteriosas y, principalmente, sin planificación a futuro.
Muestra de ello son los barrios 2 de Abril y Gobernador Gregores, con edificios de departamentos que revelan en sus construcciones pocas luces a la hora de diseñar y el criterio con que fueron realizados, acotando los espacios cuando en realidad esa no era todavía una necesidad en la localidad.
Vale decir que aquellos edificios fueron construidos durante la dictadura militar a través del FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda) y se proyectaban directamente desde Buenos Aires, hasta que ya con el regreso de la democracia, este ente se federaliza y cada provincia forma su instituto, que aquí es el IDUV.
Según el arquitecto Díaz, “los planes que se están haciendo ahora responden a necesidades que tiene la población.
Creo que también habría que mejorarlos en el sentido de incorporarle elementos que complementen el hábitat de esos asentamientos con cordones cuneta, veredas, cercos, medianeras y después debatir sobre si los prototipos de vivienda tienen que ser todos iguales, o plantear si puede haber variedad en cuanto a los modelos habitacionales”, sugiere el profesional que formó parte del equipo técnico del intendente Fernando Cotillo durante los últimos seis meses de la primera gestión.
Profesional y espontáneoHoy por hoy, a la hora de citar un paradigma de modelos arquitectónicos sobresalientes en la ciudad, basta con pensar en las edificaciones del asentamiento denominado Altos del Golfo.
Esta suerte de barrio privado, pero con tierra pública que cuesta de 50 mil pesos para arriba, es una pauta clara de modernidad.
Allí nadie construye sin los servicios de un arquitecto y las obras terminadas comparten la tendencia de hacer entre dos y tres pisos con balcones al frente y grandes ventanales.
“Acá hay buenos ejemplos de colegas que han hecho cosas criteriosas e interesantes, pero como es algo concreto y se ve, todo es materia opinable”, añadió Díaz, quien reconoce que “por lo general quienes contratan un profesional son empresarios, o ahorran y no tienen problemas a la hora de contar con este servicio”.
Sin embargo, este gesto contrasta en algunos casos con un falso concepto de estilo histórico que, paradójicamente, puede convertir en vieja a esta ciudad que desde el municipio se sueña moderna y atractiva para el turismo receptivo.
De este modo, la existencia de las antiguas gamelas de YPF o las primeras viviendas ubicadas en la costanera local sin ningún tipo de cerco, se convirtieron en terreno perfecto para baldíos y animales sueltos, así como también el inexistente orden de edificación de los barrios Mar del Plata y 3 de Febrero serán blanco fácil en el futuro de algún tipo de reordenamiento.
“Creo que a los buenos ejemplos tendríamos que haberlos copiado y no lo hicimos”, resaltó el presidente de la Asociación de Arquitectos, quien mas tarde agregó que “buscando una interrelación entre lo urbano y lo forestal, surgió en Caleta el barrio Parque, que es un lugar ordenado pese a que a alguien le puede parecer laberíntico, pero que tiene una preocupación por el espacio verde.
Puede uno criticar o no el prototipo de vivienda, pero es una lástima que no se haya seguido en esa línea”, señaló.
Espacio para edificarEl grueso de la arquitectura de la ciudad corresponde a la edificación espontánea de los particulares, en tanto en lo que al Estado se refiere, vale apuntar que la existencia de un ejido urbano acotado es uno de los puntos de análisis para la actual gestión municipal, que deberá plantear una estrategia de crecimiento.
Por ello, y ante la demanda cada vez mayor de espacios para edificar, el municipio decidió expandir la ciudad hacia el oeste, y ante la presión constante de cientos de habitantes, se llegó inclusive a hablar de “expropiación”.
“El ejercicio del derecho de la propiedad está garantizado por ley -aclaró Díaz-. Existen mecanismos como la expropiación, pero que tienen que ver con cuestiones estratégicas y por lo general se han dado por casos de defensa y no con el desarrollo urbano de las localidades”.
En esta discusión es que también se pone en juego la posibilidad de crear concentraciones de habitantes a partir de la densificación de las construcciones, es decir a través de edificios de departamentos.
El proyecto fue realizado por el municipio caletense en conjunto con la Universidad de Lanús y el Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda, y entre sus puntos más sobresalientes se encuentra el estudio para la densificación y generación de un planteo económico atractivo para la inversión privada.
“Esto plantea pautas para que en un futuro se cambien los parámetros urbanísticos a través de una mayor densidad. Es una idea que me parece criteriosa si se pudiese llegar a implementar ese código y en el área central de Caleta tenemos capacidad de alojar entre 25 y 30 mil personas, solamente entre las dos avenidas principales y sus adyacencias”, sentenció el arquitecto para concluir.
Crédito:Publicado en el Diario El Patagónico (03/02/08)
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