"Portal a los Hielos Eternos" |
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El deporte está repleto de historias que llegan al corazón. Pero la de David Peralta no es una más sino que se convierte en un ejemplo de superación y admiración capaz de emocionar a cualquiera.Es ciego, toca el piano en varias bandas y, sobretodo, es un gran jinete que hace pocas semanas logró, en Bélgica, la clasificación para los Juegos Paraolímpicos de Beijing 2008.
Y por si fuera poco, la vida que tanto lo castigó le regaló a Maitena, su hija que hoy tiene 5 meses y que disfruta en todo momento junto a Mercedes, su pareja.
David nació en Piedrabuena, un pequeño pueblo de Santa Cruz, el 19 de agosto de 1981. A los 5 años un accidente le hizo perder la visión total de uno de sus ojos y parcial del otro. Cuando tenía 12, el destino terminó su mala jugada y quedó ciego.
No se dejó amedrentar por los golpes y siguió adelante. La música fue una forma de distraerse a partir de ese instante y jamás la soltaría.
"De noche tomo whisky y toco rock and roll", dice abriendo la charla con una sonrisa que contagia. Pero su otra pasión, la equitación, fue naciendo como un hobby:
"Para mí montar no es un trabajo, es disfrutar. Nunca fue algo que me planteé, sino que fue algo que se dio".
Llegó a Buenos Aires cuando tenía 18 años y nunca dejó de lado su relación con los caballos.
Relación que fue en aumento hasta este presente lleno de gloria que le permitió obtener el lugar para la máxima cita del deporte, a partir de su buena actuación en el Campeonato Mundial de Bélgica, donde participaron más de 80 jinetes de 24 países.
"En las primeras pruebas no nos fue tan bien. Conseguimos el caballo un día antes. Nos ayudaron mucho los dueños para poder adaptarnos. El último día terminé tercero y así logré el lugar para Beijing 2008.
El viaje a Bélgica me lo banqué yo solo porque nadie me pudo apoyar. Fue mi primera experiencia en Europa", relata emocionado al tiempo que le cuenta a Infobae.com que el año que viene comenzará a tramitar una beca para que los costos de próximos viajes no sean tan altos.
Su fuerza y empuje para hablar de la vida son tan fuertes que es difícil no conmoverse. Por ejemplo cuando afirma todo lo que significa Maitena, su hija: "Tener un hijo es re fuerte. Te cambian todas las prioridades de la vida. Todo pasa un escalón para abajo.
Los amigos quedan en segundo plano". Y agrega una confesión que genera una risa espontánea: "Antes cuando salía con mis amigos gastaba más tomando que ahora en pañales".
Su amor por los caballos no es casualidad: "Menos mi viejo, mi familia siempre fue muy burrera. Así que de ahí también se explica un poco todo". Familia que, según él, siempre lo apoyó y lo apoya. Tanto como su entrenadora, Natalia Falbo.
Pero es imposible no hablar de la música que tanto lo apasiona: "Escucho de todo: desde Horacio Guaraní hasta Beethoven, pero soy más rockero. También toco de todo: tango, folclore, rock" y agrega que "no soy fanático de ningún deporte. Soy hincha de Boca, pero no soy de seguirlo. Me entero de los resultados por los noticieros".
La charla se acerca al final, pero David recuerda que ARGONAUTA -una de las bandas que integra- estará el próximo viernes a las 23.30 en "Bartolomeo" (Mitre 1525).
"Hoy mi vida se reparte entre el piano y los caballos. No hago otra cosa porque no tengo más tiempo", sostiene.
Y al final, dice cuáles son sus objetivos para el 2008: "Llegar al diploma (premio para los ocho primeros) sería espectacular. Ya salir de Ezeiza con la bandera argentina es muy fuerte".
Esa misma bandera que busca para la foto y que muestra con alegría. Alegría que, a pesar de los golpes de la vida, David Peralta contagia a cada segundo.
Crédito:Publicado en el Diario Infobae.com (31/10/06)
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